domingo, 6 de septiembre de 2020

EL PATRIMONIO DE FAMILIA BENDICIÓN O MALDICIÓN.

 



En un rincón de la historia el destino, sopla como un don Divino al sentimiento, y florece como un jardín de rosas y flores, en la pareja de enamorados que fusionan sus vidas, como un roble para cimentar una familia, eternamente, como sustancia de sus hijos, y bienes para cubrir el jardín de amor perpetuo, como lo dictan las leyes desde el cielo.

Su principal objetivo, a través de toda la historia humana, es tener su propio terreno y construcción, muebles y enceres, donde generar el nido de su descendencia, con el pensamiento perpetuo del sentimiento, que en ocasiones sus lasos de fibra, se convierten en ceda tan sensible y débil, como la cuna del primer bebé que les trajo la dulzura y armonía a su amor de locura.

La ley les sugiere de manera obligatoria, incluso a través de la Constitución Nacional de su país, cuando son programas de vivienda creados por el Estado, protegerlos a través de la figura del Patrimonio De Familia; no obstante, cuando la pareja compra su vivienda de manera independiente, de manera voluntaria, la protegen a través de la figura de la Afectación De Vivienda Familiar.

Cuando la familia adquiere sus bienes su objetivo principal es la prosperidad de todos; no vamos a tratar el fantasma oscuro del divorcio, porque es otro tema, que afecta la pareja. Dirigimos el tema a la ausencia de ellos cuando los llama el fin de su existencia; pues, el resultado de tanto amor y adquisición de bienes, queda a la espera de la descendencia.

Que en lo primero que piensan es en la figura de la Sucesión, sin lugar a dudas o sin medir si es la Bendición o la maldición; en primera instancia, por lo general es acabar con los lasos del origen familiar, en muchos casos. Los hermanos, con sus hijos sus esposas o esposos, se olvidan del origen del capital a heredar; solo piensan es deshacer el capital.

Hay fortunas grandes, medianas o pequeñas que se han perdido, por el drama sucesoral, pero el más grande el laso familiar; para mi concepto, en mi experiencia jurídica, el más doloroso, es cuando, se divide un bien inmueble familiar en un estrato social cuyo valor no da para dividir y mucho menos desdeñar los lasos que un día les dio el origen hogar.

He visto casos, donde quedan físicamente en la calle, sin tener tan siquiera como honrar a sus padres que lucharon tanto por darles un techo. Entonces, pregunto yo, lo primero que habrá que pensar, es en como, aumentar el capital, que los padres, aunque sea mínimo protegieron desde un comienzo, para su grupo familiar.